La nave Solar Orbiter diseñada por Europa y la NASA va rumbo al Sol para emprender una misión sin precedentes y tomar las primeras imágenes de los polos solares con sus seis telescopios y 27 sensores.
“Estamos camino del Sol. ¡Adelante, Solar Orbiter!”, dijo Cesar García Marirrodriga, director de programa de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). “Es un momento fantástico… es como, bueno, somos imparables”.
La nave de 1,500 millones de dólares se sumará a la sonda Solar Parker de la NASA, lanzada hace un año y medio, al acercarse peligrosamente al Sol para desvelar sus secretos.
Aunque la Solar Orbiter no se acercará tanto como para penetrar en la corona del sol, una atmósfera exterior, maniobrará hasta una órbita que la llevará sobre los dos polos, que nunca han sido fotografiados. Junto con las observaciones desde la Tierra, las dos naves funcionarán como una orquesta, indicó Gunther Hasinger, director científico de la ESA.
Sin embargo, no será quien más se acerque al Sol, ese honor es para Solar Parker Probe de la Nasa, que un día se situará a 3.7 millones de millas, pero la sonda estadounidense no lleva cámaras para ver la estrella, por lo que Solar Orbiter le "prestará sus ojos" y, con los datos combinados de ambas, se hará más ciencia.
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Detalles de la misión
“Cada instrumento toca algo diferente, pero juntas tocan la sinfonía del sol”, dijo Hasinger. La Solar Orbiter se fabricó en Europa, al igual que nueve de sus instrumentos científicos. La NASA proporcionó el décimo y organizó el lanzamiento desde Cabo Cañaveral.
Casi 1,000 científicos e ingenieros de toda Europa se reunieron con sus colegas estadounidenses para ver bajo la Luna llena cómo el cohete Atlas V de United Launch Alliance despegaba iluminando el cielo en millas a la redonda. También había gente reunida en carreteras y playas cercanas para asistir al lanzamiento.
La NASA declaró el lanzamiento un éxito hora y media más tarde, cuando la nave desplegó sus alas solares. La sonda, una nave de 1,800 kilos (4,000 libras), pasará junto a Venus en diciembre y de nuevo el año que viene antes de pasar cerca de la Tierra y aprovechar su gravedad para modificar su ruta.
Las operaciones científicas funcionarán a pleno rendimiento a finales de 2021, con el primer encuentro solar cercano en 2022 y más cada seis meses a partir de entonces.
La nave podría ofrecer por fin una vista completa tridimensional del Sol, a 93 millones de millas de nuestro planeta.
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Los polos desconocidos
“Con el Observatorio Solar mirando directamente a los polos, podremos ver estas enormes estructuras de agujeros coronales”, explicó Nicola Fox, director de la división de heliofísica de la NASA. “De ahí proceden todos los rápidos vientos solares (…) es de verdad una visión completamente diferente”.
Las observaciones de la Solar Orbiter darán información a los científicos sobre otras estrellas, dando pistas sobre la posible habitabilidad de mundos en otros sistemas solares. Además, ayudarán a los expertos a predecir mejor el tiempo espacial, que puede afectar a las comunicaciones en la Tierra.
El jefe de la Oficina de Coordinación de la Agencia Espacial Europea (ESA), , Fabio Favata, explicó que la sonda pasará a solo 26 millones de millas del astro -más cerca que Mercurio- donde soportará temperaturas de hasta 932 grados Fahrenheit.
De este calor extremo se protegerá con un escudo especial de titanio, carbono, aluminio y un revestimiento de nueva creación a base de fosfato de calcio, en el que se abren ventanas para que puedan asomarse sus telescopios. El revestimiento SolarBlack protege del calor y es resistente a la radiación.
Favata dice que el reto más importante al que se enfrentará Solar Orbiter son las altas temperaturas. "Ya hemos hecho muchas otras que están en el espacio, incluso también para estudiar el Sol, pero esta es la primera que se acercará tanto a la estrella mientras la observa (Solar Orbiter va equipada tanto de sensores como de telescopios).
La temperatura va a ser de centenares de grados, como un horno para pizzas, y toda su electrónica tendrá que trabajar con la misma precisión como si estuviera a una temperatura normal.
Además, le llegará un radiación que es diez veces más fuerte que la que llega a la Tierra. Si vas a observar con tu cámara el Sol desde la Tierra ya hay que tener mucho cuidado, así que imagínate allí. Va a ser un desafío muy serio.
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¿Para qué sirve llegar tan cerca del Sol?
"Hay dos cosas importantes. Una es que no solo vamos a estar cerca, sino que vamos a subir de latitud, eso nos permitirá ver, por primera vez, los polos del Sol, de donde, por ejemplo, sale la mayoría del flujo magnético, que es tan importante para la creación de la heliosfera (la burbuja magnetizada que envuelve al Sistema Solar)", asegura el cientfico.
"Lo segundo es que cuando estemos cerca del Sol la sonda viajará un poco como los satélites de telecomunicaciones de la Tierra, que se mueven a la misma velocidad de rotación, y nos permitirá observar lo que pasa en la superficie del Sol siguiendo el movimiento de la estrella. Eso nunca se ha hecho:, indicó Favata,
¿Qué esperan aprender?
Favata explica que "el Sol es muy importante por muchas razones. Por razones prácticas, pues determina la vida en la Tierra. Sabemos que el Sol tiene un ciclo de campo magnético de once años y que afecta mucho a lo que pasa en la Tierra: las tormentas solares pueden poner en peligro algunas infraestructura (por ejemplo los satélites), por eso comprender cómo funciona es fundamental".