Nada impide al expresidente Donald Trump para que haga campaña por otro mandato en la Casa Blanca tras el fallo en su contra el jueves, que lo halló culpable de 34 cargos penales por falsificar documentos en conexión con el pago de dinero a una actriz porno para silenciar una relación sexual.
El 11 de julio, el juez que presidió el histórico juicio en Nueva York, anunciará la sentencia que recibirá el expresidente.
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Trump puede recibir como pena una multa, libertad condicional o cárcel, hasta un máximo de cuatro años, aunque esta última posibilidad es lejana dada la edad de Trump y por el hecho de que el delito por el cual fue hallado culpable no es de naturaleza violenta.
Trump puede hacer campaña y hasta puede convertirse en el sucesor de Joe Biden ya que la Constitución sólo estipula tres requisitos para ser presidente: tener más de 35 años, haber nacido en Estados Unidos y haber vivido al menos 14 años en el país.
Y no sería la primera vez en la historia de Estados Unidos que un candidato hace campaña desde la cárcel.
Existe el caso de un candidato a presidente que no solo hizo campaña tras ser hallado culpable de un delito grave sino que lo hizo tras las rejas.
Se trata del candidato del Partido Socialista, Eugene V. Debs, quien fue condenado en 1918 a 10 años de cárcel por alentar a la gente para que resistiera el reclutamiento forzado de la Primera Guerra Mundial.
En 1920, Debs fue elegido como el candidato presidencial del Partido Socialista, mientras cumplía su condena en la prisión de Atlanta.
Hizo campaña tras las rejas y en las elecciones de 1920, perdió ante el senador Warren Harding, saliendo en tercer lugar, tras James Cox.
Lo notable de Debs es que pese a que hizo campaña tras las rejas, logró 914,191 votos, el 3.4% de los votos, una de las cifras más altas para un candidato socialista.
Si bien Trump y Debs no tienen mucho en común, se puede decir que algo los une y es el uso de sus problemas legales para motorizar sus campañas.
Mientras Trump apela a su condición de “víctima” de un “sistema injusto”, Debs hizo lo propio por medio de sus seguidores, quienes siempre mostraban imágenes de Debs en la cárcel en los actos políticos y aún en las huelgas donde promovían su candidatura.
Poco después, el entonces presidente Harding le conmutó la pena a tiempo servido, dejando en libertad a Debs.
Murió el 20 de octubre de 1926 a los 70 años.