SEATTLE - El Departamento de Justicia puso en marcha una investigación penal sobre el desprendimiento de un panel en un avión Boeing en pleno vuelo de Alaska Airlines en enero, reportó el sábado el diario Wall Street Journal.
Citando documentos y personas familiarizadas con el asunto, el periódico publicó que los investigadores se han comunicado con algunos pasajeros y tripulantes, incluidos pilotos y asistentes de vuelo, que se encontraban en la aeronave al momento del incidente del 5 de enero.
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El desprendimiento en el avión Boeing utilizado por Alaska Airlines se produjo siete minutos después de despegar de Portland, Oregon, obligando a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia.
Boeing ha estado bajo un creciente escrutinio desde el incidente, cuando uno de los paneles que cubría el espacio dejado para una puerta de emergencia adicional se desprendió de un avión Max 9 jet. No hubo heridos graves.
“En una situación como esta, es normal que el Departamento de Justicia realice una investigación”, sostuvo Alaska Airlines en una declaración preparada. “Estamos cooperando plenamente y no creemos ser objeto de investigación”.
Boeing declinó hacer comentarios. De momento, el Departamento de Justicia no ha respondido una solicitud de declaraciones.
El diario señaló que la pesquisa contribuirá a la revisión del departamento para determinar si Boeing cumplió con un acuerdo anterior que resolvió una investigación federal sobre la seguridad de su avión 737 Max tras dos mortales accidentes aéreos, ocurridos en 2018 y 2019.
En 2021, Boeing había acordado pagar $2,500 millones, incluyendo una multa de $244 millones, para resolver una investigación sobre los accidentes registrados en vuelos operados por Lion Air y Etopian Airlines. La compañía también culpó a dos empleados de engañar a los reguladores acerca de fallas en el sistema de control de vuelo.
Boeing reconoció en una carta dirigida al Congreso que no pudo hallar registros del trabajo realizado en el panel de la puerta del avión de Alaska Airlines.
La empresa aseveró que su “hipótesis de trabajo” era que los registros sobre el retiro y reinstalación del panel en la línea de ensamblaje final del 737 MAX en Renton, Washington, nunca se crearon, aun cuando los sistemas de Boeing así lo exigen.
En un informe preliminar presentado el mes pasado, la NTSB indicó que faltaban cuatro pernos que ayudaban a mantener la puerta en su lugar después que el panel fue retirado, por lo que los trabajadores pudieron reparar los remaches dañados en septiembre.
La reparación de los remaches fue realizada por contratistas que trabajan para Spirit AeroSystems, proveedor de Boeing, pero la NTSB aún no sabe quién retiró y reinstaló el panel de la puerta, dijo el miércoles Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte.
Recientemente, la Administración Federal de Aviación dio a Boeing 90 días para indicar cómo responderá a los problemas de control de calidad planteados por el organismo y un panel de expertos de la industria y del gobierno.
El panel encontró problemas en la cultura de seguridad de Boeing a pesar de las mejoras realizadas después que dos aviones Max 8 se estrellaron en 2018 y 2019, provocando la muerte de 346 personas.