WASHINGTON — La comisión de la Cámara de Representantes que investiga la toma del Congreso el 6 de enero del 2021 escuchó testimonios dramáticos sobre los esfuerzos de Donald Trump por desconocer los resultados de las elecciones y alentar a una turba que terminó atacando el Capitolio. Pero, ¿cometió Trump algún delito?
Cassidy Hutchinson, una empleada de la Casa Blanca, aportó nuevo elementos con un testimonio explosivo sobre lo que hizo Trump antes y durante la sublevación del 6 de enero.
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Dijo que se informó a Trump que había manifestantes armados en un acto que presidió durante la mañana, en el que exhortó a sus partidarios a “pelear como demonios” en el Capitolio. Luego, agregó, discutió con su personal de seguridad y trató de sumarse a la turba.
EL COMITÉ ESCUCHÓ TESTIMONIOS QUE SALPICAN AL EXPRESIDENTE DONALD TRUMP
Los colaboradores de Trump sabían que todo lo que estaba sucediendo podía ser ilegal. Hutchinson dijo que el consejero de la Casa Blanca Pat Cipollone le había dicho que “nos hubieran acusado de todos los delitos imaginables” si Trump iba al Congreso, que debía certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones.
Cipollone argumentó que Trump podía exponerse a ser acusado de obstruir la justicia o de alterar el recuento de votos, según Hutchinson.
Al día siguiente del testimonio de Hutchinson, la comisión convocó a declarar a Cipollone, diciendo en una carta que, si bien se había sometido a un “interrogatorio informal” el 13 de abril, su negativa a ofrecer un testimonio oficial la obligaba a citarlo por la fuerza.
El Departamento de Justicia amplió su investigación de la insurrección del 6 de enero, pero los fiscales no han dicho si encausarán al expresidente o no.
Vistazo a los posibles delitos y a lo que pueden hacer el Congreso y el Departamento de Justicia:
Los testigos han dicho que sus colaboradores le informaron a Trump varias veces que había perdido las elecciones y que su afirmación de que había habido un fraude generalizado no era cierta.
Pero Trump insistió, lanzando acusaciones falsas que derivaron en la toma del Congreso.
Trató de que el Departamento de Justicia apoyase su causa. Presionó a los estados, pidiéndole al secretario de estado de George que le “encontrase” votos suficientes como para ganar ese estado, y al vicepresidente Mike Pence, quien presidía la sesión del Congreso donde se confirmaría el triunfo de Biden.
Hutchinson dijo que Trump quería que desactivasen los detectores de metales de la zona donde pronunció un discurso y que no le importaba si sus partidarios, que luego marcharían hacia el Capitolio, estaban armados porque no habían ido allí a hacerle daño a él.
Trump acudió a las redes sociales el martes para negar todo lo que dijo Hutchinson, cuyo testimonio se basó en su trato personal con Trump y en información de otros que hablaron con Trump ese día.
Por ahora Trump no ha sido acusado de nada pero expertos legales opinan que, si el testimonio de Hutchinson puede ser corroborado, puede darle a los fiscales abundante material para contemplar una acusación.
Es un delito incitar, organizar, alentar o promover un disturbio como el que se produjo en el Congreso.
Ese, sin embargo, es un tema delicado. Se podría argumentar que la arenga a “pelear como demonios” fue ambigua. El Senado absolvió a Trump cuando fue sometido a un segundo juicio político luego de la insurrección.
En enero, sin embargo, un juez federal rechazó un pedido de Trump de que desestimase demandas en su contra, diciendo que era “plausible” que las palabras de Trump hayan desatado los disturbios.
Y el relato de Hutchinson en primera persona de que escuchó a Trump quejarse de los detectores de metales indicaría que el presidente sabía que sus partidarios podrían incurrir en actos violentos y no hizo nada.
Lo más probable, opinó Jimmy Gurule, ex fiscal federal que enseña derecho en la Universidad de Notre Dame, sería acusar a Trump de tratar de engañar al país con sus esfuerzos por desconocer los resultados de las elecciones y obstruir la certificación de la victoria de Biden.
La comisión legislativa ya dijo una vez en marzo que Trump había participado en “una conspiración delictiva”.
“Estaba perpetuando la gran mentira. ¿Con qué propósito? Para permanecer en el poder y evitar que Biden asumiese el control de la presidencia”, dijo Gurule. “Engañó al pueblo estadounidense”.
Algunos expertos legales dicen que no importa si Trump creía realmente que le habían robado la elección o no. Otros afirman que todo dependerá de las intenciones del presidente, de su estado mental y de si apoyó actividades que sabía eran ilegales. Si bien varios testigos afirmaron que le dijeron a Trump que había perdido las elecciones, resultará difícil demostrar que él realmente lo creyó.
“El puede decir que no creía que estaba violando ley alguna y el fiscal deberá demostrar que eso no es cierto”, dijo Samuel Buell, profesor de derecho penal de la Universidad de Duke.
Nadie sabe si el Departamento iniciará causas. Las audiencias legislativas produjeron testimonios escandalosos, pero el otro bando no se ha defendido ni ha interrogado a los testigos.
Los fiscales, en todo caso, ya no se enfocan exclusivamente en los miembros de la turba sino que están citando a declarar a figuras relevantes del Partido Republicano en relación un plan para presentar electores falsos para alterar el resultado de las elecciones.
El secretario de justicia Merrick Garland dijo que su departamento hará pagar a todo el que cometió falta alguna y ya ha presentado cargos contra más de 800 personas, pero no ha dicho si considera encausar a Trump.Un vocero del Departamento de Justicia se negó a hacer comentarios.