El pasado se ha hecho presente de la forma más inquietante posible. Un enorme socavón, que en 2013 se tragó a un hombre mientras dormía, se ha vuelto a abrir, reavivando antiguos temores y creando nuevas preocupaciones entre los residentes de una comunidad en Seffner, Florida.
Sin embargo, a pesar de la alarma inicial, las autoridades locales han tomado medidas para asegurar la seguridad y tranquilidad de los residentes.
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El socavón, localizado en el 240 Faithway Dr. en Seffner, es ahora parte de una propiedad de conservación de Hillsborough.
Tras una evaluación, el director de la División de Cumplimiento de Código del Condado, John-Paul Lavandeira, ha asegurado que el área es estable. "De norte a sur son 19 pies de ancho, de este a oeste son 16 y de profundidad 19, es bien profundo", especificó.
Aunque la reapertura del socavón despertó el temor entre los vecinos, como es el caso de Jessenia Nieves, quien vive frente al sumidero y expresó su miedo, las autoridades se movilizaron rápidamente para garantizar la seguridad de las propiedades y las personas aledañas al área.
El lunes 10 de julio, tras recibir una llamada de emergencia, bomberos y agentes acudieron al lugar para evaluar y controlar la situación. Ingenieros llegaron al lugar al día siguiente, para corroborar lo que se pensaba inicialmente: que esta reapertura del socavón es similar al incidente ocurrido en 2013.
En marzo de 2013, el suelo cedió debajo del dormitorio de Jeffrey Bush mientras dormía y se lo tragó vivo. Su cuerpo nunca fue recuperado. Desde entonces, la casa fue demolida y el lote cercado.
Willie Holloway, vecino del área desde hace 37 años, y testigo de lo ocurrido en 2013, se muestra nervioso por la reapertura del socavón y se pregunta qué hacer si se vuelve a abrir. Sin embargo, los expertos determinaron que la solución es la misma que se implementó en 2015: rellenar nuevamente el agujero.
"El ingeniero me dijo esto está en control de la madre naturaleza y de Dios, pero si vuelve a pasar que sea aquí", expresó Lavandeira.
El lugar está cerrado al público y asegurado con dos cercas para mantener la situación bajo control. Las autoridades insisten en que los vecinos no tienen que mudarse y que muy pronto llegarán brigadas para comenzar el proceso de rellenar el socavón.