SPRINGFIELD, Illinois — Los resultados de la autopsia publicados el viernes sobre Sonya Massey, una mujer negra de 36 años quien murió a tiros en su casa de Illinois por un agente del alguacil, confirman que murió por una herida de bala en la cabeza.
El forense del condado de Sangamon, Jim Allmon, había revelado previamente los hallazgos iniciales sobre la muerte de Massey el 6 de julio en Springfield y el informe completo de la autopsia publicado el viernes confirmó esas conclusiones, incluyendo que su muerte fue un homicidio.
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El informe indica que además de la bala que la impactó justo debajo de su ojo izquierdo, Massey tenía "lesiones menores por fuerza contundente" en su pierna derecha y pesaba 112 libras.
Los hallazgos de la autopsia se publicaron poco antes de que el abogado de derechos civiles Ben Crump, quien representa a la familia de Massey, tuviera previsto realizar una conferencia de prensa en Springfield.
Sean Grayson, el ahora exoficial del alguacil, se declaró no culpable de los cargos de asesinato en primer grado, agresión agravada con arma de fuego y mala conducta oficial en el asesinato de Massey. Fue despedido la semana pasada por la Oficina del Sheriff del Condado de Sangamon.
Las autoridades dijeron que Massey había llamado al 911 para denunciar a un presunto merodeador. Dos agentes finalmente se presentaron en su casa en Springfield, a unas 200 millas (320 kilómetros) al suroeste de Chicago.
El video de la cámara corporal del oficial publicado el lunes confirmó el relato anterior de los fiscales sobre el tenso momento en que Grayson le gritó a Massey desde el otro lado del mostrador que soltara una olla con agua caliente. Luego amenazó con dispararle a Massey, quien se agachó y se levantó brevemente, y Grayson le disparó con su pistola. Massey recibió tres impactos, con un disparo fatal en la cabeza.
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Los registros muestran que la carrera de Grayson incluyó breves períodos como agente a tiempo parcial en tres pequeños departamentos de policía y un trabajo a tiempo completo en un cuarto departamento, además de trabajar a tiempo completo en dos oficinas del sheriff, todas en el centro de Illinois.
James Wilburn, el padre de Massey, pidió la renuncia del sheriff del condado de Sangamon, Jack Campbell.
"Quiero decirles a todos que el sheriff aquí es una vergüenza", dijo Wilburn. "Este hombre (Grayson) nunca debería haber tenido una placa. Y nunca debería haber tenido un arma. Nunca se le debería haber dado la oportunidad de matar a mi hija".