El cohete Starship de SpaceX completó el jueves su primer vuelo completo de prueba, regresando a la Tierra sin explotar tras despegar de Texas.
Se trata del cuarto lanzamiento del cohete más grande y potente del mundo, de casi 400 pies (121 metros) de altura. Los tres vuelos de demostración anteriores terminaron en explosiones. Esta vez, el cohete y la nave espacial consiguieron amerizar de forma controlada, convirtiendo el vuelo de una hora en el más largo y exitoso hasta la fecha.
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"A pesar de la pérdida de muchas baldosas y de un alerón dañado, Starship llegó hasta un aterrizaje suave en el océano!," dijo el consejero delegado de SpaceX, Elon Musk, a través de X.
El cohete estaba vació cuando se elevó sobre el Golfo de México y se dirigió hacia el este en un vuelo hacia el Océano Índico. En cuestión de minutos, el propulsor de la primera etapa se separó de la nave y se precipitó al golfo, tal y como estaba previsto, tras encender sus motores.
La nave alcanzó una altitud de casi 130 millas, viajando a más de 16,000 mph antes de comenzar su descenso. Las imágenes en directo mostraban partes de la nave desprendiéndose durante el intenso calor de la reentrada, pero una lente de cámara agrietada oscureció las imágenes.
La nave permaneció lo suficientemente intacta como para transmitir datos hasta el lugar de amerizaje previsto en el océano Índico.
Fue un hito fundamental en el plan de la empresa para reutilizar el cohete con el que la NASA y Musk cuentan para llevar a la humanidad a la Luna y después a Marte.
"Qué espectáculo ha sido", dijo Kate Tice, comentarista de lanzamientos de SpaceX, desde el Control de Misión en la sede de la compañía en California.
SpaceX estuvo a punto de evitar las explosiones en marzo, pero perdió el contacto con la nave espacial mientras ésta se alejaba del espacio y estalló antes de alcanzar su objetivo. El propulsor también se rompió en vuelo, a 400 metros sobre el golfo.
Los dos vuelos de prueba del año pasado terminaron en explosiones poco después de despegar del extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México. El primero destrozó la plataforma de la playa de Boca Chica y arrojó escombros a miles de metros de distancia.
SpaceX actualizó el software e introdujo algunos cambios en el cohete para mejorar las probabilidades. La Administración Federal de Aviación dio el visto bueno el martes a esta cuarta demostración, afirmando que se habían cumplido todos los requisitos de seguridad.
La Starship está diseñada para ser totalmente reutilizable. Por eso SpaceX quiere controlar la entrada del propulsor en el golfo y el descenso de la nave espacial en el océano Índico, como práctica para futuros aterrizajes. No se recuperará nada del vuelo del jueves.
La NASA ha encargado un par de naves Starship para dos misiones de alunizaje de astronautas, previstas para finales de esta década. Cada tripulación lunar partirá de la Tierra en un cohete y una cápsula propios de la NASA, pero se reunirá con la Starship en la órbita lunar para descender a la superficie.
SpaceX ya vende viajes turísticos alrededor de la Luna. El primer cliente lunar privado, un magnate japonés, se retiró del viaje con su séquito la semana pasada, alegando los frecuentes retrasos.
El fundador y consejero delegado de SpaceX tiene planes más ambiciosos: Musk prevé flotas de naves estelares que lancen personas y la infraestructura necesaria para construir una ciudad en Marte.