Los bomberos y policías son a menudo víctimas de depresiones no tratadas, que son desafortunadamente demasiado comunes en estas profesiones, y que causan que la tasa de suicidio en bomberos y policías sea considerablemente más alta que la de la población civil. Incluso, mayor al número de muertes durante el cumplimiento de su deber.
De acuerdo con un estudio publicado este mes, 103 bomberos y 140 policías cometieron suicidio en 2017. Mientras que solo 93 y 129 murieron realizando su trabajo.
La investigación reveló que los bomberos y policías sufren hasta cinco veces más de depresión y estrés postraumático.
De acuerdo con el estudio, parte importante del problema es que de las 18,000 agencias policiacas que hay en todo el país, solo entre el 3% y el 5% cuentan con programas de prevención para el suicidio.
En el Departamento de Policía de Miami Dade County, los agentes cuentan con atención psicológica accesible las 24 horas del día.
Y es que el estigma de la enfermedad mental, en una profesión donde se valora la valentía y la fuerza, muchas veces los frena de pedir ayuda.