DENVER, Colorado - En enero, el hijo autista de 10 años de Jessica Vestal, que no puede hablar, regresó a casa de la escuela en los suburbios de Denver con moretones en todo el cuerpo. Siguieron otras lesiones, incluido un ojo morado en febrero, que según ella un asistente del autobús atribuyó a que se golpeó con un juguete, y un pie magullado en marzo.
No fue hasta que Vestal pidió revisar el video de vigilancia del autobús el mes pasado, que hizo público el martes, que se enteró de que el asistente del autobús estaba abusando de su hijo.
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La asistente, Kiarra Jones, de 29 años, ha sido acusada de un cargo de abuso de una persona en una posición de confianza, según registros judiciales. Fue liberada de la cárcel poco después de su arresto, pero no respondió a una llamada telefónica en busca de comentarios al número indicado. Está siendo representada por abogados de la defensoría pública, que no comenta sus casos ante los medios de comunicación.
En una carta del 5 de abril a los padres, el superintendente de las Escuelas Públicas de Littleton, Todd Lambert, dijo que Jones fue despedida después de su arresto.
“Este tipo de comportamiento no puede ser ni se tolera. Como padres, ustedes confían en nosotros el bienestar de sus hijos y nunca deberían tener que preocuparse de que sufran daño cuando están bajo nuestro cuidado”, escribió Lambert.
El martes, el distrito no respondió a las solicitudes de comentarios sobre las acusaciones hechas por Vestal, sus abogados y otros padres de que el distrito no investigó qué había detrás de las lesiones inexplicables sufridas por sus hijos. Están considerando una demanda contra el distrito escolar.
Desde que se enteró de lo que le pasó al hijo de Vestal, Brittany Yarborough ahora cree que Jones también es responsable de las lesiones que recibió su hijo no verbal de 11 años en el mismo autobús.
Local
En un comunicado, la policía de Englewood, Colorado, dijo que encontraron que más de un estudiante autista fue abusado y continúan revisando una “gran cantidad” de videos y otras pruebas para asegurarse de que todas las víctimas sean identificadas.
Vestal dijo que solo pudo ver unos dos minutos de cómo su hijo recibía codazos, puñetazos y golpes, pero quería publicar las imágenes porque sospecha que esto les está sucediendo a otros niños sin que nadie lo sepa.
"No puedes ver lo horrible que es sin mirarlo", dijo. "Y si tuviera que vivirlo, creo que lo mínimo que todos podrían hacer es prestarle atención para que no vuelva a suceder".
