MÉXICO - La espera ha sido larga y angustiante para la migrante salvadoreña Claudia Figueroa y su hijo.
"Ya esperamos en Dios y todo salga bien", dice. "El proceso es difícil".
Luego de huir de El Salvador, han esperado durante un año en México a que Estados Unidos les brinde o les niegue el asilo.
"Uno siente temor de que lo regresen al país de uno otra vez", admite.
Ella fue de las primeras aspirantes que el gobierno de Donald Trump regresó a México bajo el Protocolo de Protección a Migrantes, pero en este tiempo miles más se han sumado y han llegado, revelan organizaciones como Amnistía Internacional, a librar aquí otras batallas.
"Se calcula que alrededor de 60,000 personas, de 20 nacionalidades diferentes, han sido retornados; en su gran mayoría centroamericanos", detalla Érika Guevara Rosas, directora para Las Américas de Amnistía Internacional.
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Producto de esta disposición, indica, los migrantes se han tenido que establecer en albergues sobrepoblados y zonas donde corren diversos riesgos. Y esto, advierte, seguirá hasta que el gobierno mexicano cambie su política sobre este tema.
"Lamentablemente hoy el gobierno mexicano ha caído en la trampa y se sigue confirmando como el agente de deportación mayor de Estados Unidos; hay ahora un agente represivo", asegura Guevara Rosas.
Y las expectativas de que esto quede atrás parecen muy lejanas.
Las organizaciones sociales confirman que del total de los casos, solo 26,000 han sido resueltos y de ellos menos del 1% obtuvieron una respuesta positiva.
El resto, como Brenda Fernández, seguirán en tierras mexicanas en espera de que desde el otro lado les llegue una respuesta.
"Siento un poco de inquietud de saber qué me van a dar", admite Fernández.
En tanto, los activistas se dicen preocupados de que esta cifra siga creciendo a la luz del programa estadounidense “Quédate en México”.
