MÉXICO - Miles de migrantes centroamericanos malviven en albergues de la urbe mexicana de Ciudad Juárez a la espera de un milagro que no llega, tras ser embaucados por "coyotes" y engañados con informaciones falsas sobre las facilidades de llegar a Estados Unidos.
Los albergues de esta ciudad fronteriza se encuentran abarrotados con un total de 1,500 personas procedentes en su mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador, tras la masiva llegada en migrantes en las últimas semanas confiados en las supuestas medidas menos restrictivas de las autoridades estadounidenses.
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Entre los cada vez más desesperados se encuentra el hondureño Cristian Alexis, 30 años, acompañado de su hijo de 5 años y que, tras pagar $7,000 a un "pollero" para que le cruzase la frontera, ve ahora cómo se desvanece su sueño americano.
"Nos dijeron que el 21 abrirían la frontera y nos han mentido. Llevo aquí 7 días con la ayuda de dos personas mexicanas buenas que me dieron cabida en su casa con mi hijo de 5 años, yo trabajo con ellos y tengo techo y comida", explicó.
Cristian no deja de pensar en los $7,000 que le pagó al coyote y piensa ahora que con ese dinero podría haber hecho mucho algo más beneficioso para su familia.
"Esperaré aquí dos meses para ver qué nos dicen. En caso de que no pueda cruzar me regreso a Honduras porque allá tengo otro hijo y mi esposa", asegura un contrariado y pesimista Cristian.
"A la gente de Honduras les diría que no salgan, no hay forma de pasar a Estados Unidos", agrega Cristian al recordar las informaciones falsas que llegan a los centroamericanos sobre supuestas facilidades del nuevo gobierno del presidente Joe Biden.
Las declaraciones de Biden acerca de llevar a cabo una política migratoria más humanitaria ha sido el detonante de la llegada a la frontera de miles de migrantes que reclaman el asilo por las condiciones de miseria que viven en sus respectivos países.
Hasta ahora cerca de 3,200 migrantes que formaban parte del plan "Remain in México" (Permanecer en México) han sido atendidos por un tribunal estadounidense, lo que ha incitado a muchos a llegar a la frontera, mientras otros intentan cruzar la frontera de manera irregular.
TRAFICANTES SIN ESCRUPULOS
Enrique Valenzuela Peralta, coordinador general del Consejo Estatal de Población (Coespo) del estado mexicano de Chihuahua, comenta que los migrantes devueltos por Estados Unidos tienen la opción de regresar a su país de origen con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) o permanecer en México si así lo desean una vez que regularicen su situación migratoria.
"A los migrantes que quieren cruzar de manera irregular se les aconseja que no lo hagan. El problema es que muchos de ellos son empujados por personas que trafican con falsas promesas", afirma Valenzuela.
"Los grupos ilegales de traficantes les hacen creer que están próximas a abrirse las puertas en Estados Unidos para que puedan solicitar asilo internacional".
Esto es lo que ha sufrido Pedro Vázquez, de 35 años, originario de Honduras, quien decidió dejar su país por la pobreza extrema hasta cruzar ilegalmente la frontera por Reynosa, Tamaulipas.
Vázquez se siente defraudado y engañado por la gente que lo dejó tirado al otro lado de la frontera. Las autoridades migratorias estadounidenses le detuvieron y lo deportaron hasta llegar a Ciudad Juárez.
"Confío en Dios para poder llegar a mi casa, en Santa Fe, Honduras", comentó Vázquez con los ojos llorosos y mientras busca ayuda y dinero para el pasaje de regreso.
El padre Javier Calvillo, director de la casa del migrante en Ciudad Juárez, pidió, por ello, a quienes intentan cruzar a Estados Unidos que lo piensen y valoren con detenimiento porque es un riesgo para su bienestar y el de su familia.
"Es importante que los migrantes tomen en cuenta otras opciones, si lo que desean es salir de su país, pueden ver en México un lugar para vivir", precisó.
"Quienes intentan ir a Estados Unidos lo deben de hacer por los conductos correctos, no irse con un pollero, sino con organizaciones internacionales o autoridades de gobierno".
El padre Calvillo recordó que, a pesar de las buenas intenciones de Biden, es difícil que la política migratoria cambie, por lo que los migrantes corren el riesgo de ser expulsados a una frontera que no conocen y en plena crisis de la pandemia por la COVID-19.
En términos semejantes se manifestó el martes Roberta Jacobson, coordinadora de la Frontera Sur de la Casa Blanca, tras la reunión en Ciudad de México con el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y otros funcionarios.
"No vengan a la frontera. La frontera está cerrada. Las personas que intentan viajar a Estados Unidos de manera irregular corren el riesgo de convertirse en víctimas de delitos y trata de personas. Es un viaje peligroso y los coyotes con los que se endeudan los migrantes son personas peligrosas", afirmó Jacobson.
Mientras se implementan las nuevas medidas acordadas este martes entre México y Estados Unidos, el gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, ha pedido que se aumente la capacidad en el Centro Integrador para el Migrante "Leona Vicario" para evitar las aglomeraciones y las penosas condiciones en las que se encuentran los migrantes.