CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica - Las cuadrillas de rescate de Sudáfrica prosiguieron el lunes con sus esfuerzos para encontrar más supervivientes, luego de que el número de muertos aumentó a 32 una semana después del derrumbe de un edificio de apartamentos en construcción.
También hubo motivos de esperanza el fin de semana, cuando uno de los trabajadores de la construcción fue encontrado con vida entre los escombros del edificio, en la ciudad de George, en la costa sur del país, tras haber pasado seis días sin comida ni agua.
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El número de víctimas mortales siguió aumentando, y las autoridades informaron el lunes que se habían recuperado al menos 11 cadáveres más entre los escombros.
Otros 20 trabajadores siguen sin ser localizados, lo que aumenta la posibilidad de que el número de víctimas mortales supere finalmente las 50 en uno de los derrumbes de edificios más mortíferos de Sudáfrica.
Más de 600 miembros de los servicios de emergencia y de otro tipo han participado en la búsqueda de supervivientes entre los restos del edificio inacabado de cinco plantas, que se derrumbó el 6 de mayo.
Había 81 trabajadores en el lugar cuando se derrumbó, y 29 han sido sacados con vida, dijo la ciudad. Doce de ellos permanecen hospitalizados, sin que se hayan provisto detalles sobre su estado.
La ciudad había dicho anteriormente que muchos de los supervivientes se encontraban en estado crítico cuando fueron encontrados.
El hombre rescatado el sábado, identificado como Gabriel Guambe, de 32 años, se encontraba estable en el hospital y “sorprendentemente sólo había sufrido heridas leves”, según el ayuntamiento.
Guambe estuvo atrapado entre los escombros durante 118 horas.
Su supervivencia alimentó las esperanzas de los equipos de rescate de que pueda haber más personas con vida en espacios entre bloques de hormigón que podrían haber permitido a algunos trabajadores sobrevivir al derrumbe.
Los equipos de rescate han estado utilizando grúas y otra maquinaria pesada para mover algunos de los miles de toneladas de hormigón en un intento de llegar más profundo entre los restos.
También se han utilizado perros rastreadores, uno de los cuales se encargó de localizar a Guambe.
Muchos de los trabajadores eran extranjeros procedentes de Mozambique, Zimbabue y Malawi, y las autoridades estaban pidiendo traductores para ayudar a comunicarse con los supervivientes.
Además, dijeron que esto estaba dificultando la identificación de las víctimas.