ROMA - La fiscalía italiana investiga a dos miembros más de la tripulación del Bayesian, el superyate que se hundió la semana pasada frente a las costas de Sicilia provocando la muerte de siete personas, informó el viernes el abogado de ambos.
Esto amplía la indagación sobre el trágico naufragio, por el que el capitán del barco, el neozelandés James Cutfield, ya está siendo investigado por acusaciones de posible homicidio involuntario y naufragio culposo.
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Desde el miércoles, Tim Parker Eaton, el ingeniero que estaba a cargo de la seguridad del cuarto de máquinas del yate, y el marinero Matthew Griffith, que estaba de guardia la noche del desastre, son investigados por los mismos posibles cargos, dijo su abogado.
“Aún no está claro el perfil de sus posibles responsabilidades, ya que la investigación acaba de comenzar”, indicó el abogado Mario Scopesi a The Associated Press.
Scopesi añadió que Parker Eaton y Griffith salieron de Italia el miércoles, junto con Cutfield y el resto de la tripulación.
Los tres miembros de la tripulación formaron parte de los 15 sobrevivientes del hundimiento ocurrido el 19 de agosto y en que murió Mike Lynch, el magnate de la tecnología británico, su hija Hannah y cinco personas más.
El fiscal Ambrogio Cartosio, que dirige la investigación, ha dicho que su equipo considerará cada posible elemento de responsabilidad, incluyendo al capitán, la tripulación, las personas a cargo de la supervisión y el fabricante del yate.
EL BAYESIAN SE HUNDIÓ EL 19 DE AGOSTO CERCA DE SICILIA
El Bayesian, un yate de lujo de 184 pies de eslora, se hundió cerca de Sicilia, en el mar Mediterráneo.
Los investigadores se centran en averiguar cómo un barco considerado “insumergible” por su fabricante, el astillero italiano Perini Navi, se hundió mientras que un barco que pasaba cerca quedó prácticamente indemne.
La fiscalía dijo que el suceso fue “extremadamente rápido” y que pudo haber sido una “ráfaga descendente”, es decir, un viento fuerte y localizado que desciende de una tormenta eléctrica y se propaga rápidamente al tocar tierra.
Toda la tripulación sobrevivió, con excepción del chef, pero seis pasajeros quedaron atrapados en el casco del yate y murieron.