RÍO DE JANEIRO - Un magistrado de un tribunal de segunda instancia de Brasil mantuvo este miércoles un fallo judicial que obliga al presidente Jair Bolsonaro a entregar los resultados de las pruebas de COVID-19 a que se sometió y que, según el mandatario, dieron negativo, según informaron fuentes oficiales.
En su decisión, el juez André Nabarrete, del Tribunal Regional Federal de la Tercera Región (TRF-3), determinó que Bolsonaro deberá cumplir el fallo dictaminado en primera instancia y presentar los resultados de los análisis de coronavirus a los que fue sometido.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dice que ha dado negativo al coronavirus en dos ocasiones, pero muchos, incluido un juez federal, le exigen que comparta los resultados. Sin embargo, el mandatario se niega.
Este enfrentamiento surrealista es el más reciente en una batalla más amplia entre un presidente que a menudo ha probado los límites de su poder, y las instituciones democráticas.
El presidente ha minimizado la pandemia de coronavirus y ha criticado duramente las medidas impuestas por gobernadores y alcaldes para controlar la propagación del virus. En su lugar, pide que la mayoría de la gente regrese a trabajar.
Pero los tribunales lo han frenado repetidamente, en este tema y en otros: Fallaron que los gobernadores y alcaldes tienen el poder para determinar las medidas de confinamiento; revocaron el decreto del presidente que permitía reuniones religiosas y tratan de forzar la publicación de sus resultados de las pruebas de COVID-19 para poner fin a las especulaciones de que pudo haber mentido.
También rechazaron a su nominado para ocupar la dirección de la policía nacional y el sábado suspendieron su decisión de expulsar a 30 diplomáticos venezolanos del país.
Los simpatizantes de Bolsonaro han denunciado que las decisiones son parte de un complot para hacer fracasar su presidencia, y él mismo dijo que es víctima de la injerencia de jueces obstruccionistas.
“Suficiente con la intromisión. ¡No vamos a permitir más intromisiones!”, dijo el mandatario el domingo. “Se ha agotado la paciencia. Vamos a llevar a Brasil hacia adelante”.
Los analistas señalaron que las decisiones judiciales imponen restricciones a un populista que está probando los límites democráticos y ha mostrado que no tiene miedo de llevar sus disputas legales a las calles cuando no está feliz con los tribunales.
Bolsonaro y sus votantes han criticado frecuentemente a las cortes cuando éstas acotan su poder.
Recientemente condenaron la decisión de un juez de bloquear la nominación de un nuevo director de la policía federal, quien es considerado por muchos como demasiado cercano a la familia Bolsonaro.
Incluso algunos críticos, como el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, creen que Supremo Tribunal Federal de Brasil se extralimitó en esa instancia.
El máximo tribunal también aprobó la apertura de una investigación en torno a si la designación constituía una injerencia política ilegal.
La disputa sobre sus resultados de las pruebas de coronavirus ha provocado un capítulo particularmente inusual.
Las inquietudes sobre la salud de Bolsonaro comenzaron en marzo, cuando el presidente regresó de un viaje a Estados Unidos y los medios locales reportaron en las siguientes semanas que más de una decena de miembros de su delegación habían dado positivo al COVID-19, la enfermedad provocada por el virus.
Los primeros reportes no confirmados señalaron que Bolsonaro había dado positivo, pero luego anunció en sus redes sociales que sus resultados fueron negativos. Se ha negado a entregar el documento real, alegando privacidad médica.
La semana pasada, un juez federal de Sao Paulo ordenó al presidente que presentase los resultados en respuesta a una solicitud del diario O Estado de S. Paulo.
En su lugar, el procurador general de Bolsonaro envió un resumen de los resultados. El juez volvió a insistir en los resultados reales y el sábado, otro juez dio a Bolsonaro cinco días para proporcionarlos.
Bolsonaro también ha enredado la situación recientemente. Luego de las demandas, la semana pasada apuntó que “quizás” había contraído el virus sin saberlo.
Todo este tiempo, Bolsonaro ha seguido apareciendo en público sin mascarilla, dirigiéndose a multitudes y estrechando las manos de simpatizantes, en una ocasión tras limpiarse la nariz.