Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han probado con éxito un prototipo de vacuna contra el coronavirus dirigida a animales.
El riesgo de que los animales propaguen el virus que causa el COVID-19 a las personas se considera bajo. El virus puede propagarse de las personas a los animales por medio del contacto cercano, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
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Aunque la enfermedad no es de una gran relevancia en medicina veterinaria, los investigadores han subrayado la importancia de anticiparse a posibles nuevos escenarios y a potenciales problemas que pudieran causar nuevas variantes del virus a nivel epidemiológico.
“En nuestro estudio evidenciamos una alta eficacia del prototipo vacunal para limitar la replicación del virus en gatos, lo cual ayudaría a controlar la transmisión entre animales y evitar que puedan actuar como potenciales fuentes de infección”, ha explicado Sandra Barroso, investigadora del Servicio de Inmunología Viral y Medicina Preventiva de la UCM.
Este estudio experimental, cuyos resultados se han publicado en la revista Research in Veterinay Science, se ha llevado a cabo en el Centro Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) de la Facultad de Veterinaria de la UCM, en colaboración con la Unidad de Inmunología Microbiana del Instituto de Salud Carlos III, como parte del proyecto “Estudio del potencial impacto del COVID-19 en mascotas y linces".
En una primera fase del ensayo, dos animales fueron vacunados intramuscularmente con el prototipo vacunal, ha informado la Complutense en una nota de prensa, y ha detallado que los gatos fueron monitorizados en búsqueda de posibles reacciones secundarias y también se tomaron muestras de suero para evaluar la producción de anticuerpos.
Después de 35 días de la vacunación, los animales fueron trasladados a un laboratorio de alta bioseguridad del centro junto con dos animales control, donde fueron infectados con el virus SARS-CoV-2 para evaluar la respuesta a la enfermedad.
Para minimizar riesgos del personal investigador, los animales se encontraban alojados en un aislador que filtraba el aire de salida.
Los animales, además de contar con atención veterinaria diaria, tenían enriquecimiento ambiental para maximizar su bienestar, y la duración del periodo de infección y evaluación de la respuesta a la enfermedad fue de 21 días.
“Nuestro prototipo vacunal ha demostrado ser eficaz en este sentido, ya que, en el caso de uno de los animales vacunados se evitó por completo la infección, mientras que en el otro estuvo limitada a la región del tracto respiratorio superior y sin excreción de virus infeccioso”, han indicado los investigadores.
Los animales vacunados tuvieron una fuerte respuesta inmunitaria basada en anticuerpos neutralizantes que, al igual que sucede en los humanos vacunados, ayudó a controlar la infección.
“Aunque actualmente la enfermedad COVID-19 no es de gran relevancia en medicina veterinaria, la aparición constante de mutaciones en el virus podría conllevar la aparición de nuevas variantes que sí afectasen de manera evidente a los animales", ha observado Barroso-Arévalo.
Y ha concluido que no se pueden descartar nuevos escenarios en los que la epidemiología de la enfermedad cambie, por lo que es importante contar con herramientas de control y prevención para las diferentes especies susceptibles de contraer la enfermedad.